Partiendo de la idea que la enfermedad es una aliada, una solución
biológica que nuestro inconsciente pone en funcionamiento cuando a partir de un
conflicto que vivimos en condiciones particulares llegamos a experimentar un
nivel de estrés que sobrepasa el límite tolerable para nuestro sistema.
¿Todos los conflictos pueden llevar a enfermarnos?,
¿Que nivel de intensidad tienen que tener esa
situación?,
¿Es igual para todos?
Al respecto me viene a la mente una frase
perfecta de Fernando Campoamor para
responder estas preguntas…
“En este mundo traidor, Nada es verdad
ni es mentira,
Todo es del
color Del cristal con que se
mira…”
Y si, es que no es “el conflicto” como situación
objetiva, es la emoción que el conflicto genera, y esta emoción así como su
intensidad está totalmente condicionada por nuestra interpretación de los
hechos.
Lo importante no es lo que vivimos, no es el
acontecimiento en sí mismo o aquello que llamamos “problema” sino nuestra
vivencia, y esta es totalmente personal y subjetiva.
La forma como vivimos una situación
pseudo-conflictiva se imprime, se graba en nosotros y queda codificada de
manera simbólica.
Es que esa vivencia implica una carga emocional
que difiere en cada uno de nosotros y que está íntimamente relacionada con diferentes
factores como educación, creencias, experiencias de vida.
Por eso no podemos analizar “un síntoma” o la
enfermedad” en forma rígida, desde un lugar objetivo, no es verdad que tal
conflicto derive en tal patología.
Una situación objetiva puede ser vivida por cada
una de las personas que participaron de ella de forma diferente. Y eso es así
porque la vivencia puede tomar diferentes formas, grados y colores en la psique
de cada una de ellas de acuerdo a la interpretación que han hecho de los
hechos.
Debemos ser conscientes que nacemos y vamos
creciendo en una estructura determinada, en un núcleo familiar diferenciado, y
que desde ese momento vamos fortaleciendo en nosotros determinados valores,
ciertas creencias…. Esos valores, esas creencias forman parte de
nuestra historia, nos marcan, nos condicionan y es imposible deshacernos de
ellas al momento de interpretar un conflicto, es mas ni siquiera somos
conscientes de ellas.
Claude Sabbah decía: “Una vivencia toma en la
cabeza de diferentes personas coloraciones variables de interpretación,
orientada hacia tal o tal (es) enfermedades, el peso de la vivencia lleva a
que aparezca la patología o no, y en el
caso de desencadenarse con un grado más o menos fuerte de expresión”.
Por eso no se trata de reprimir, tampoco de
soltar constantemente nuestras emociones, sino también de revisar nuestras
creencias, de tratar de ir variando de a poco y voluntariamente,
“…el
cristal con el que miramos la vida.”
Les Deseamos.., una Hermosa y Feliz Travesía.
Dra. Carla Verónica Bruno
CEO Biodescodificación Integral Argentina
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