Los seres humanos
somos entidades sumamente complejas. Completas en si mismas. Somos universos
dentro de universos, todo ello en un cuerpo que definimos como humano.
Cada sistema compuesto
de órganos que a su vez se componen de tejidos, estos tejidos formados por células, no son otra cosa que
sistemas más pequeños dentro de sistemas
más amplios que los contienen. Todos ellos perfectos, en su composición
y en su funcionamiento.
Sin ir más lejos,
cada uno de nosotros viviendo en el
planeta tierra, que a su vez es parte de un sistema solar, parte de una
galaxia, de un universo…..todo exactamente cronometrado…todo perfecto, seguimos
siendo, a mayor escala, sistemas dentro de otros sistemas.
De lo más pequeño, a
lo más grande, pero tan perfecto uno como otro.
Esto debería
llevarnos a reflexionar si no resulta cuanto menos cuestionable o poco común la
idea que hasta ahora hemos tenido los humanos respecto a “la enfermedad”…
La hemos planteado
siempre como enemiga, como agresora y en ese marco hemos respondido….con miedo,
atacando, agrediendo, tratando de
defendernos.
Hemos planteado con
ella una verdadera guerra, agotadora, estresante, muy costosa……Y a pesar de
todos los intentos y fallos, la gran cantidad de enfermedades que no entendemos
y decidimos denominar “incurables” o “no tratables”, a pesar de todo ello
seguimos insistiendo en verla como algo “negativo”.
Recién, en estos
últimos tiempos, saliendo de la tan característica soberbia que nos caracteriza
hemos empezado a entender que algo no marchaba como debería que algo de lo que
venimos pensando, respetando y haciendo sistemática e indiscutidamente no es
tal cual lo pensamos.
Y hemos empezado a
abrir otra puerta, una puerta que pretende aprender de la experiencia, incluso
de las palabras y estudios de grandes filósofos como Platón, Pitágoras y otros….
Y estamos
entendiendo, que aquello que pretendíamos nuestro enemigo, no es tal, sino todo lo contrario……
La enfermedad, es en realidad una ayuda de nuestro inconsciente, si “nuestro”,
somos nosotros mismos que
acudiendo a una parte que no vemos pero está presente en nosotros, creamos “una
alarma a través de un síntoma que se incentiva
más o menos según escuchemos y nos damos un tiempo de adaptación. Un
tiempo en el cual tenemos que rever algo de lo que no éramos consciente pero que nos está dañando y que si persiste puede ocasionar
nuestra muerte”.
La enfermedad, es un
mensajero de que hay un conflicto no resuelto en nosotros y trae consigo un
plazo para que nos adaptemos y así sobrevivamos.
Pero no es un
mensajero anárquico, o que actúa al azar. No. El síntoma tiene un sentido
biológico, una utilidad, pretende no
solo darnos un tiempo sino también satisfacer una función no satisfecha. Tanto
el síntoma como el órgano afectado son siempre coherentes con el conflicto.
Es por eso, y a partir de este entendimiento que tenemos
que comenzar a abrir aun mas esta puerta….tratar de comprender, de entender, ya
no de atacar la enfermedad, o de acallar el síntoma sino mas bien observar, y
sobre todo observarnos…..entender pero más aun entendernos, y para ello quizá
debemos partir de muy, muy dentro nuestro…
Les Deseamos.., una Hermosa y Feliz Travesía.
Dra. Carla Verónica Bruno
CEO Biodescodificación Integral Argentina
No hay comentarios.:
Publicar un comentario