ATRÉVETE A CAMBIAR TUS CREENCIAS
Una bonita metáfora en forma de
cuento que tiene relación con nuestros
pensamientos, el como estos se fortalecen y
se hacen creencias afectando nuestro comportamiento, nuestras emociones y por
lo tanto nuestra vida…
Solo léela, como aquellos cuentos
que te contaban de niño, tu cerebro hará el resto…
…”La tribu Kimokea vivía en el
lado malo de una isla de dos caras.
Los dos lados separados por un acantilado
eran como la noche y el día.
El lado bueno estaba cruzado por ríos y cascadas
bellísimas,
lleno de arboles, flores y plantas exóticas crecían en sus praderas,
pájaros, belleza y
comida abundante y accesible.
En el lado malo, las flores ya se habían
extinguido hace tiempo,
el agua escaseaba, hambre y angustia por doquier,
las
bestias feroces se agolpaban hambrientas
a la espera de su próxima victima.
Los kimokeos vivían allí desde siempre,
sin posibilidad de
cruzar al otro lado.
Su vida era dura y difícil, apenas tenían comida y bebida
para todos,
siempre aterrorizados por las fieras que periódicamente
devoraban alguno de los
miembros de la tribu.
Había una leyenda que circulaba
entre ellos,
contaba que alguno de sus antepasados
había podido cruzar con la
única ayuda de una pequeña balsa,
pero hacia tantos años que no crecían los
arboles entre los kimokeos, que pocos de ellos
creían que la leyenda fuera cierta,
solo algunos “locos” u “osados“ hablaban
de ella.
La tribu se había acostumbrado a vivir
esa vida, difícil, triste.
Se habían resignado a pasar hambre, frío, hasta
habían podido aceptar hasta el grado de sentirlo “normal y cotidiano”,
la
perdida de algún ser querido
en las
garras de las hambrientas fieras…
Subsistían, sin preguntarse ya, ni
permitirse soñar otra existencia…
Pero quiso la naturaleza que un día,
justo al borde del acantilado que separaba en dos la isla,
creciera un árbol,
que se hizo grande y fuerte
y con él se pudieran construir dos canoas
para que
dos personas pudieran cruzar al otro lado.
Y la elección fue rápida, irían el
jefe de la tribu y el hechicero.
Pero cuando tuvieron todo preparado para
hacerlo,
el miedo se apodero de ellos,
comenzaron a pensar que cosas malas
podían ocurrirles,
si resistiría la balsa….si algo salía mal…,
y dieron tanta
vida a esos pensamientos
que el pánico se apodero de ellos y se rindieron.
¿Que dirían a la tribu?, todos se
burlarían de ellos,
perderían su respeto y su poder…
Entonces comenzaron a inventar
historias de intentos fallidos
de otros ancestros, de terribles peligros al
acecho…
y con la tiempo las historias circularon y se extendieron,
cobraron la
fuerza de grandes verdades
y las dos balsas quedaron ahí
como un monumento a la
imprudencia, a la insensatez,
cualquiera que hubiera tenido la intención o el
valor de usarlas
se habría convertido en un kimokeo indigno
que traicionaba los
valores de todo su pueblo.
Pero llego un día en que en esa
tribu
surgieron dos jóvenes de corazón noble,
Mila Y Aru.
Que guiados por el amor y la confianza
decidieron un día
utilizar las balsas.
Todos trataron de desanimarlos,
contándole las historias
aun más horrorosas de lo que se recordaba…
A tal punto trataban de convencerlos
que Aru se dirigió a Mila
y le pregunto -
¿Estás segura?,
si algo sale mal nuestro final será terrible y la muerte
inevitable.
Mila le contesto: - ¿Conoces a alguno de nuestros seres queridos
que no haya muerto en manos de las fieras tarde o
temprano?
Eso es muerte, quedarnos de este lado de la isla
es lo que conocemos
y ya sabemos que es terrible y que no es vivir dignamente.
- Tienes razón Mila, tomemos la balsa, tiene que ser ahora,
ya mismo antes que el miedo vuelva a apoderarse de
nosotros
y optemos por resignarnos a vivir aquí.
Y así , con un gran miedo, subieron, cruzaron
y llegaron al otro lado de la isla, hermosa radiante…
Al ir sacando
del agua las canoas sintieron el murmullo de unas voces que llegaban
murmurantes desde el otro lado de la isla,
a sus espaldas…
Comprendieron porque nadie se
animaba,
desde el otro lado de la isla solo se escuchaban voces resignadas,
de
aquellas personas sin sueños, llenas de miedo y desesperanza, aquellos que
nunca saltarían por miedo a arriesgar algo
y por ello mismo no querían que
nadie lo lograra…
Les Deseamos.., una Hermosa y Feliz Travesía.
Dra. Carla Verónica Bruno
CEO Biodescodificación Integral Argentina
Mail: alica2020@gmail.com
Tel: +54 9 223 154541921
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