El Perdón...
Nuestra
filosofía de vida, nuestras creencias y nuestros valores influyen notoriamente en la manera de
interpretar los hechos de nuestra vida y esto, a su vez determina nuestra
biología.
Los seres
humanos estamos profundamente condicionados por nuestro inconsciente, hay
numerosos estudios que demuestran que este
controla aproximadamente un 97 %
de nuestras vidas, es decir vivimos conscientemente tan solo un 3% de nuestras
experiencias.
Es el
inconsciente, ese mar de información que es parte nuestra y asimismo no deja de
ser una especie de “Caja de Pandora”
para cada uno de nosotros, el que atrae a nuestra vida determinadas persona,
situaciones, trabajos, conflictos…
Nuestro inconsciente busca constantemente la
COHERENCIA.
Que es esa tan
anhelada coherencia...?
Es lograr que
aquello que pensamos, aquello que decimos y nuestro actuar de todos los días, se
aúnen en una misma línea, en un estado de equilibrio.
Esta demostrado
por numerosos estudios científicos que cuando estamos en un estado de
consciencia en donde prima la emoción del perdón, de amor, como estado natural
del ser, la persona se siente “libre”…
Esa libertad es
quien trae la coherencia a nuestra vida.
Es una cuestión cotidiana, que a nosotros, los
seres humanos nos cueste “perdonar”…
De que nos
“enojamos”, si somos nosotros mismos quienes atraemos inconscientemente esas
personas a nuestras vidas. Si es a través de ellas es que experimentamos y aprendemos de la
experiencia tal cual lo elegimos.
Pero más allá de
la discusión filosófica de si podemos nosotros como seres llenos de imperfecciones
“pretender perdonar” o no, es la persona que se siente ofendida la que más
perjuicios recibe al no poder soltar una situación dolorosa y la ira hacia
aquel que “la genero”.
En la consulta
suelo ejemplificar este esquema con un ejemplo muy simple .Trato de lograr que
la persona sienta que la situación que le es dolorosa, ya esta, ya paso, que
si alguien de acuerdo a su percepción de
los acontecimientos “le hizo algo”, eso, también ya está hecho. Pero si se
sigue aferrando a ese rencor o a ese sentimiento de ira, lo único que logra es
sumar a las emociones negativas que posee; una tercera.
Es como si alguien nos hubiera
dado un carbón prendido en la mano que nos quemo y lo seguimos sosteniendo y
apretándolo con resentimiento, lo único que logramos es generar más dolor.
Soltar el carbón es una elección, es nuestra elección y es HOY.
En definitiva el
perdón visto desde esa perspectiva, es una liberación de dos, pero que en
realidad produce efectos tal vez incluso
más intensos en el que lo da, que en aquel que lo recibe...
Les Deseamos.., una Hermosa y Feliz Travesía.
Dra. Carla Verónica Bruno
CEO Biodescodificación Integral Argentina
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